Breve introducción sobre los prejuicios y su relación con el racismo

                Si se quiere buscar aspectos que nos permitan trabajar para erradicar conductas racistas creo que uno de los aspectos a los que tenemos que dar mayor relevancia es a los estereotipos, ya que son en muchas ocasiones la base para estas conductas, ya que ponen en marcha un mecanismo humano muy natural que es la diferenciación respecto al otro y las ideas falsas en relación a otras personas. Estos mecanismos en realidad lo que buscan es mantener la visión del mundo con cierta estabilidad para el individuo y ponerse mentalmente a salvo, ya que lo desconocido le produce cierto miedo, el cual es quizás el sentimiento que más en la base está cuando hablamos de racismo.

                Ya desde 1922 se intenta definir el concepto de estereotipo por que se vislumbra su importancia en la conducta humana, en ese entonces Lippman expresa el concepto de estereotipo social como generalizaciones sobre grupos sociales que se mantienen de forma rígida, son ilógicos y cuyo contenido es erróneo.

                Expone la existencia de tres criterios que definen un estereotipo:

a)      Generalización: se ve al grupo como a un todo.

b)      La distintividad: la medida en que una característica es percibida como asociada en mayor medida a un grupo que a otros grupos.

c)       Diferenciación categorial de los grupos.

A esta clasificación Gardner en 1994 añade la consensualidad.

Es importante tener en cuenta que según estudios realizados los estereotipos son necesariamente erróneos por que dan una visión distorsionada de la realidad fomentando las actitudes racistas que se ven en medio de una profecía autocumplida, por tanto todas aquellas acciones que se realicen con el fin de discriminar las actitudes racistas deben ir encaminadas hacia la disminución de los prejuicios, buscando el conocimiento real intergrupal por ello actividades de mediación cultural que se han ido haciendo como conocimiento a través de la comida o de los juegos populares e infantiles son muy interesantes y bastante efectivos no sólo por que trabajan ese conocimiento sino por que permiten el contacto y las actividades de colaboración que si bien se ha detectado que en los niños/as tienen un efecto altamente positivo y favorecedor de conductas prosociales en los adultos también tienen ese efecto, aunque es más leve al tener que luchar contra una estructura mental más estable, con una adopción mayor de prejuicios y una mayor tendencia hacia el conservadurismo propio de etapas adultas.

Para seguir profundizando en este tema recomiendo el libro Prejuicio: su psicología social de Rupert Brown de Alianza editorial  y Psicología social del prejuicio y el racismo de Editorial Centro de Estudios Ramón Areces, SA, que aunque no tengan datos muy actualizados si son interesantes para una primera aproximación hacia el concepto de prejuicio y racismo.